jueves, 29 de marzo de 2012

IE: Autoconciencia

LA AUTOCONCIENCIA: BASE PARA LA SABIDURIA EMOCIONAL

 
La Auto-conciencia implica percibir conscientemente nuestro estado de ánimo, nuestros recursos e intuiciones; dónde estamos, qué tenemos y qué necesitamos, para emprender el camino. Es una de las claves de la Inteligencia emocional, y el punto de partida básico para sumergirse en la gestión emocional -tanto de emociones agradables como desagradables-. Tal y como nos comentaron Doris Martin y Karin Boeck (2001):

“(La Autoconciencia) Es donde se sustenta el resto de las habilidades emocionales. Únicamente quien sabe cómo se siente en ese momento y por qué siente lo que está sintiendo, es capaz de encauzar sus emociones, regularlas y ordenarlas en la conciencia”.

 
En ocasiones interpretamos erróneamente la emoción y la necesidad, tomando decisiones equivocadas, en estos casos recurrimos a censurar nuestras emociones -sobre todo las que resultan desagradables-, a racionalizaciones, sublimaciones, etc.

Cuando tenemos claras cuáles son nuestras necesidades, tomamos decisiones y actos encaminados a dirigirse hacia ello; se trata de ir en coherencia con nuestra línea de vida.

El ejercicio de la Auto-conciencia requiere continuidad y práctica; a medida que ésta se vaya desarrollando, se adquiere el hábito de estar más conectado, y no es necesario tener que dirigirle una atención consciente y exclusiva. Es decir, cuando el canal esta abierto, una vez se nos presente un estímulo significativo en el plano emocional, éste llega a nosotr@s; eso sí, siempre que el canal esté abierto, y estemos dispuestos a hacerle sitio.

La vivencia de la emoción acostumbra ser exteriorizada por medio de las sensaciones corporales, por lo cual, es primordial aprender a conectar y contactar con nuestro cuerpo.

Para profundizar en nuestras emociones y en nuestra percepción interior podemos comenzar por:
  • Inicialmente, comenzar a poner atención a las sensaciones físicas que percibimos en nuestro cuerpo -aunque en ese momento no “parezca que no estén transmitiendo nada”. Es en el cuerpo donde se vive el cruce e interacción de las emociones y el pensamiento. Por eso necesitamos estar habituad@s a “sintonizar” con nuestro cuerpo para identificar mejor qué sucede.
  • Aprender a identificar y diferenciar entre las diversas emociones que podemos sentir, su riqueza. Es la mejor forma de poder “gestionarlas” y exteriorizarlas según creamos necesario.
  • El siguiente paso consiste en adquirir la habilidad de aprender a medir su intensidad; si solamente somos conscientes de ella cuando son de gran intensidad es más probable que nos lleven a perder el control
Mayer y en su misma línea Goleman, propusieron que la Auto-conciencia estaba compuesta por otras subcompetencias o componentes que se citan seguidamente:
  • Identificación de los afectos y percepción consciente acerca del efecto que generan en  nosotr@s
  • Conciencia emocional: ser capaces de percibir lo que estamos sintiendo, diferenciando entre los  matices de diferentes emociones
  • AUTOCONFIANZA: creer y confiar en los propios valores y capacidades; indispensable para crecer  y promover la motivación.
  • AUTOESTIMA: conocimiento y valoración acerca de nuestras fortalezas y puntos a desarrollar, creyendo en nuestra capacidad para desarrollarnos.
 

 

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